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TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS DEL BEBÉ
TRATAMIENTO DURANTE EL PRIMER AÑO Y MEDIO DE VIDA
El motivo de consulta más frecuente en bebés es el cólico del lactante, aunque durante el primer año y medio de vida se recomiendan unas visitas en relación a la adaptación a la gravedad y la adaptabilidad tras el parto. El primer año y medio de vida, el humano hace el mayor cambio de vida, pasa de ser dependiente e inmaduro a tener autonomía de movimientos y poder alimentarse por sí mismo.
El tratamiento desde temprana edad influye en la adaptabilidad frente a problemas que van surgiendo durante el crecimiento.
En primer lugar, se tratan las consecuencias de la vida intrauterina y el parto. Al final del embarazo, el bebé no tiene mucho espacio y está muy replegado sobre sí mismo. En el parto las fuerzas de compresión a las que es sometido el bebé por el paso del canal del parto, inician un proceso de despliegue y un lanzamiento en el inicio de los ritmos en el cuerpo: la compresión y la posterior liberación se asemeja a cuando en el agua comprimimos una esponja y la soltamos, rápidamente se llena, esto sirve de ejemplo para explicar como todos los fluidos en el cuerpo reciben un “empuje” perfundiendo los tejidos, órganos…, para el inicio de la vida.
La naturaleza y la capacidad de autorregulación del cuerpo hacen que el cuerpo se adapte rápidamente, lo que proporcionamos con el tratamiento osteopático, es que la adaptación ocurra antes, con menos tensión y menos compensaciones. De esa adaptación surge el síntoma más frecuente de consulta en bebés que es cólico del lactante aunque hay otros motivos de consulta como plagiocefalia, tortícolis congénita, lloro inconsolable, insomnio, otitis, conjuntivitis de repetición…

No es necesario que haya un síntoma para tratar al bebe, se pueden revisar y equilibrar las tensiones iniciales del nacimiento para mejorar la adaptabilidad del recién nacido.
El tratamiento del recién nacido es muy suave y dirigido a equilibrar su cuerpo de las tensiones intrauterinas y del parto. Se valora y trata a la vez, y es un tratamiento muy placentero, el niño se va relajando progresivamente durante la sesión. El primer día también enseñamos a los padres una rutina de masaje y ejercicios suaves que contribuyen a que el síntoma mejore y el tratamiento se mantenga. Generalmente tras la 1ª visita se cita a los padres al mes (salvo en casos en que el niño esté muy irritable que los citamos a los 15 días) y se necesitan normalmente dos citas más, con un mes de diferencia, para estabilizar el efecto del tratamiento. Tras esas tres sesiones hay unas visitas recomendables durante el primer año de vida: a los 6 meses (se sienta), a los 9-10 meses (tiene interés en gatear) y a los 13-14 meses ( ya tiene interés en caminar).
En el primer año y medio de vida hay un cambio en el ser humano espectacular, el bebé pasa de ser absolutamente dependiente a caminar y “valerse” por sí mismo, con este gran cambio en la estructura y en la maduración de los sistemas pueden surgir tensiones en la adaptación a la gravedad o a la introducción de nuevos alimentos, así que esas citas sirven para valorar y tratar la adaptación del cuerpo a la sedestación, al gateo (fase muy importante que se realice) y a la deambulación.
Sentar al niño, sin que todavía tenga la fuerza suficiente para sentarse, provoca posturas en cifosis (espalda redondita) que influye en la presión que reciben las vértebras torácicas bajas y lumbares ( que todavía no están formadas y son un esbozo cartilaginoso), respiración corta y pobre (con la consecuente mala ventilación), mala digestión de los alimentos, gases,… Todo como consecuencia de una mala postura que no beneficia, por la posición, a la función del diafragma torácico. La recomendación, en esos casos, es mantener al niño más en posiciones sobre la barriga, jugando y experimentando en el suelo y favorecer así, de manera natural el fortalecimiento de la musculatura paravertebral y mejora de la postura en otras posiciones.
Normalmente no recomendamos hacer ejercicios de estimulación, salvo en casos de patología, pero cuando estamos hablando de estas tensiones posturales, son fáciles de cambiar, teniendo en cuenta la maduración del niño y no queriendo precipitarse en que se siente o que camine si no está preparado para hacerlo.
Acompañamiento
Tratar al bebe es tratar a la familia, los padres vienen con sus miedos, dudas, inquietudes…
Nuestra experiencia como madres y como profesionales dedicadas a las familias, nos ha ayudado a poder guiar, dar información y animar a buscar recursos propios. Para los nuevos padres surgen muchas dudas y parece que todos menos los padres saben las respuestas, animamos a reflexionar y dar información para aclarar estas dudas.
¿Y tu qué quieres para la familia que habéis formado?, ¿cómo quieres que tu familia funcione?, ¿realmente esta pregunta qué te dice?, ¿tiene que ver contigo, con lo que tú quieres?… Estas, son preguntas dirigidas a encontrar los recursos propios y afianzarlos. Surgen dudas que vienen de nuestros introyectos (lo que se nos ha dicho de pequeños y hemos aceptado como nuestro y posiblemente no es lo que queramos ahora en esta nueva familia que formamos), dudas también entre lo que hemos vivido de pequeños y lo que hemos aprendido leyendo e informándonos para una mejor educación para nuestros hijos. Así que sin fórmulas magistrales, desde lo cotidiano y lo sencillo, desde lo que los padres traen en ese momento y que está grabado en el niño y desde los conocimientos técnicos de la formación que hemos recibido, escuchamos, tratamos y aprendemos de cada niña/o y su historia.
Después de este año y medio, se pueden hacer revisiones anuales para equilibrar de golpes, caídas…, y mantener equilibrado y adaptable el cuerpo respecto al crecimiento.
CÓLICO DEL LACTANTE:
La definición de cólico del lactante es: “bebé que llora más de 3h al día, más de 3 días por semana durante más de 3 semanas”.
Esta definición es muy amplia e inespecífica, ya que es difícil medir o cuantificar los lloros de un bebé, además informa sobre un síntoma, que el niño está irritable y no sobre qúe le provoca la irritación que es común que sean gases pero hay otra causas.
Es útil tener en cuenta algunos aspectos, ¿cómo se calma?, ¿qué hacen para que deje de llorar?, ¿es un llanto inconsolable y excesivo que no calma con nada?, ¿hay alguna postura en la que mejore?, ¿ocurre a una hora en concreto del día o después de la tomas?… Como norma general, suele aparecer en las primeras semanas de vida y dura hasta el tercer mes aproximadamente, aunque en algunos niños esta irritabilidad se puede extender incluso hasta el 5º mes de vida.
Ante una excesiva irritabilidad se debe valorar si hay alguna causa como:
- Reflujo.
- Estenosis pilórica.
- Alergias.
- Intolerancia a la lactosa.
- Aerofagia.
- Técnicas de alimentación.
- Atresia Intestinal: no desarrollo en alguna parte del sistema gastrointestinal.








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Desde un punto de vista osteopático, el origen de los cólicos (o excesiva irritabilidad del niño) puede ser por:
- Tensiones recibidas durante el embarazo, por mal posición intrauterina o poco espacio.
- Tensiones recibidas durante el parto, según el tipo de parto y la presentación del bebé.
- Mala succión en la lactancia.
- Posible intolerancia a la lactosa, que es el “azúcar” de la leche, y el enzima del intestino que lo digiere es la “lactasa”. Si no hay suficiente lactasa, según esta leche va bajando por el sistema gastrointestinal se fermenta y crea gas. La formación y acumulación de este gas es lo que duele. El gas atrae la retención de agua en el intestino, a su vez esto aumenta la peristalsis intestinal y como consecuencia puede haber diarreas y cacas explosivas frecuentes. Lo que vemos en los bebés es que se curvan, llevan las rodillas al pecho y tienen gases.
- Inmadurez en el sistema gastrointestinal: los síntomas aparecen a los 30-90 minutos de haber comido. Si el problema está más arriba, es decir al principio del tubo digestivo, los síntomas como ardor o reflujo aparecerán cuando está tomando o justo después.
El dolor viaja por el Sistema Nervioso (SN) y en bebés estas conexiones neurológicas todavía son pobres y no totalmente mielinizadas, la transmisión del dolor, por tanto, es lenta. El SN autónomo y SN entérico están muy relacionados en bebés. Puede que el niño muestre síntomas intestinales cuando no tiene problemas intestinales, por eso se diagnostica como cólico, pero puede ser por “estrés”, dolor en otro lugar y es un indicativo de irritabilidad, que el niño no está “tranquilo”.
Con la osteopatía, se favorece el equilibrio de tensiones que pueden ocurrir desde el embarazo al parto y especialmente en partos instrumentados o en cesáreas. Especialmente en el último trimestre, el repliegue y la adaptación al poco espacio que hay, provoca posturas comprimidas y con inclinación y esto es fácil de valorar por un osteópata especializado en bebes. En el parto vaginal se crea una compresión y una expansión de las estructuras que es muy útil para la adaptación a la vida y para la primera respiración, es un gran impulso que llega a todos los tejidos, no obstante, pueden quedar ciertas tensiones dependiendo de cómo ha sido el expulsivo y el parto. Los partos con instrumentación y las cesáreas pueden dejar una huella mayor, en lo que se refiere a las tensiones que se valoran en el recién nacido. La naturaleza es sabia y ha hecho que el cuerpo humano tenga una gran adaptabilidad, la osteopatia aporta que esa adaptabilidad ocurra antes. Se utilizan técnicas muy suaves y normalmente 3-4 sesiones son suficientes.
REFLUJO:
El 85% de reflujo en bebés empieza en la 1ª semana. El ácido de las secreciones sube hacia el esófago. En el estómago no hay esfínter real, hay un ligamento alrededor que hace la función de esfínter y ayuda a que esté cerrado junto con la presión positiva abdominal.
Entre las causas que pueden provocar reflujo están, la tensión en el diafragma o bien el equilibrio de presiones entre tórax y abdomen (por gases,…), hacen que este ligamento falle y se produzca el reflujo. El reflujo también puede estar provocado por inmadurez de las estructuras. Como síntoma, no necesariamente tiene que haber vómito.
Los síntomas más frecuentes son, molestia e incomodidad justo después de haber comido, el bebé parece estar más cómodo en vertical, tiene hambre pero a menudo se despega del pecho, lloro desconsolado, mucha salivación que es la manera que tiene el cuerpo de compensar la acidez. También tienen más mocos debido a la reacción del sistema linfático en el esófago.
A nivel médico, en ocasiones se administran antiácidos que tienen pocos efectos secundarios, de esta manera se relajan. Tras una semana de ingesta pueden notarse los cambios.
Desde la osteopatía trabajamos las conexiones neurológicas, viscerales y músculo-esqueléticas que se relacionan con la parte anterior del tórax y cuello. Todas las estructuras se relacionan mecánicamente y fisiológicamente, especialmente en un bebé. Trabajamos en la globalidad, dando un apoyo tanto al bebé como a la familia en la gestión del síntoma.
